Comentando pedacitos de mi vida...

Daisypath Anniversary tickers

miércoles, 18 de marzo de 2015

18 de marzo

Un día, cuando estaba en cuarto de primaria, la maestra escribió un poema (muy corto) sobre la expropiación petrolera en el pizarrón y nos dijo:

- Los que quieran participar en el homenaje dentro de una semana, se aprenden esta poesía; y mañana, quien la recite mejor, podrá hacerlo frente a toda la escuela.

Obviamente, yo fui una de las que se aprendieron el poema (ñoña power, yes!). ¿Cómo no iba a hacerlo? El homenaje le tocaba a otro grado, y cuando le tocaba a mi grupo, yo siempre (¡ejem!) formaba parte de la escolta. Esta era mi oportunidad de hacer algo diferente, sí señor.

Al día siguiente, empezó la audición.



La maestra fue pasando al frente del salón a quienes queríamos participar. Todos y cada uno de mis compañeros (que no eran muchos) repitieron la poesía sin errores. Algunos con más entonación que otros. La maestra pedía aplauso para cada uno, pero invariablemente, cada vez que llamaba alguien nuevo al frente, decía: "acuérdense, tienen que hacerlo como si estuvieran frente a todos", "háganlo como si ya fuera el día del homenaje", y cosas así por el estilo.

Mi corazón empezó a latir fuerte. De repente, ¡yo sabía de qué estaba hablando! Y cada vez que llamaba alguien nuevo y repetía las instrucciones, yo pensaba: "que no sepa, que no sepa, este poema es mío". ¡Ñoñez y egoísmo absoluto, caray!

Al fin, llega mi turno.
Paso al frente, la maestra me repite (como a todos): "acuérdate, Myra, tiene que ser como si ya estuvieras frente al público". Y yo, muy segura, asiento con la cabeza. Y empiezo:

"Dieciocho de marzo de mil novecientos treinta y ocho;
(elevando mi mano desde mi posición de "firmes" hacia arriba) 
se levanta imponente la figura del hombre que legó a México
(la cara de la maestra se ilumina. ¡bingo!)
(cierro ambos puños y los muevo frente a mi estómago)
el oro negro de sus entrañas.

(Digo el resto haciendo más gestos dramáticos con la cara y las manos)
Lázaro Cárdenas del Río,
hombre firme y leal,
que aprovechando la fuerza que le daban las leyes del país,
quitó a las compañías extranjeras
el derecho de explotar NUESTRO PETRÓLEO.

General Lázaro Cárdenas:
¡México te lo agradece,
tu pueblo te lo reconoce!
Autora: Nora Aguilar Urcelay.

Y que me aplauden de pie.

No, eso no es cierto. Pero la maestra estaba TAN feliz de que alguien al fin hubiera entendido sus indirectas, ¡que bien podría haberlo hecho! Todos los demás habían repetido la poesía, pero tiesos como estatuas. Oh, la satisfacción que sentía era como si me hubiera ganado un viaje a Disneylandia. (Por cierto, una vez sí me gané un viaje, pero no me dejaron ir. Esa es historia para otra ocasión).

Después de darme unas indicaciones aquí y allá, la maestra me escogió para decir la poesía frente a todos. Sus indicaciones incluían un énfasis en la palabra "¡QUITÓ!" con dedito índice al frente y todo. Y el resto de mi clase también pasó al frente el día del homenaje, aunque sólo fue para hacerme "coros" y gritar conmigo el último enunciado.

Si ustedes "guglean" la poesía, quizás no la encuentren. El nombre de la autora sí, porque es una profesora/escritora de Coatza que no tuve el gusto de conocer. Si tuviera la oportunidad de platicarle esta anécdota, quizás se sorprendería de que una poesía suya haya tenido un efecto indeleble sobre una ñoña niña de nueve años, hasta tres décadas más tarde.

Y también, le preguntaría el nombre de la poesía. Porque es lo único que hasta la fecha no recuerdo.

domingo, 11 de enero de 2015

Premoniciones

"Quiero desayunar aquí porque estoy viendo una película que no he visto", dijo el goldito desde la comodidad de la cama de su papá, mientras veía Blancanieves en el Disney Channel.

No voy a negar que en mi mente resonaba la regla de no comer en la cama, pero también admito que cuando mi mamá le llevó el plato para consentirlo, no hice nada para impedirlo. Es más, hasta me fui a sentar a la cama con ellos. 

Pero mientras veíamos la película, estaba claro que, una de dos: o el goldito ya había visto la película, o de repente había desarrollado un poder psíquico que le hacía adivinar todo lo que iba a pasar. "Ya quiero ver a la mala y a su pájaro negro y malo"; Mira, Paca, ahí viene el hechizo"; "Le va a dar una manzana"; "Ése es el que la va a besar", etc, etc.



Con ese último argumento me convencí de que nos había engañado, y entonces lo acusé:

- ¡Eres un mentiroso, chamaquito! ¡Ya la habías visto!
- ¡Noooo!
- ¡Sí, ya la viste, mentiroso!
- ¡Claro que no!
- Ay, sí, entonces, ¿cómo es que ya sabes todo lo que va a pasar?
- ¡Nooo! Es que... Es que... (Titubea)
- ¿Es que qué?
(Y que me suelta esta joyita):

- ¡Es que la soñé!

Aplausos.
Mejor. Pretexto. Del mundo.

martes, 12 de agosto de 2014

Momentos de lección

Cuando convives con un niño y eres en parte responsable de su educación, es natural que quieras aprovechar cada momento para enseñarle una lección en valores, hábitos, o cualquier tema que esté a la mano.

Como cuando, mientras él expresa asombro por la fuerza de cierto superhéroe le dices que él puede llegar a ser fuerte si come verduras.

(Por cierto, el tema de Popeye y las espinacas no funciona porque éste personaje no está en su marco de referencia. Ya lo intentamos).

Hoy, el goldito estaba viendo Star Wars con To y cuando me asomé a ver qué estaban haciendo, me recibió el goldito emocionado: "¡Paca, mira! ¡Está peleando Yoda!". 

Yo, queriendo aprovechar el "teachable moment", le respondí: "¡Sííí! ¡Mira cómo pelea con ese grandote! Él no tiene miedo por ser pequeño, ¿ves?".

En eso veo cómo el esposo me pela chicos ojotes atrás del goldito mientras me hace la seña del dedo índice en la boca que significa: ¡shh!

Lo veo con ojos de interrogación y en lenguaje telepático Lilly/Marshall me explica: "¡En esa pelea pierde Yoda!". 

Ups.  Creo que tengo que escoger mejor los ejemplos que utilizo para enseñar. Y tal vez, ponerle alguna caricatura de Popeye. Él siempre gana, ¿verdad?

viernes, 18 de julio de 2014

Para qué complicársela.

Llegué a visitar al Goldito de Puelto Lico al inicio de sus vacaciones de verano. Una de las primeras cosas que hizo, fue enseñarme los trabajos que había hecho en la escuela. Por ejemplo: 


Queriendo poner a prueba su pronunciación de "sarcófago", le pregunté "¿y esto qué es?". Pero mi goldito, inmutable, me respondió:


"Ah, es donde guardan a la gente."

Lo dicho. Siempre hay una salida fácil...

martes, 24 de junio de 2014

No, ¡Vel Rosita!

Estoy estrenando un iPhone y todo mundo me ha dicho que lo voy a amar. Hasta ahora (una semana después) puedo afirmar que no ha sido amor a primer uso. Sigo extrañando mi teclado para dedos gordos de Blackberry. 

Quizás tengo que darle tiempo. Si algo he aprendido en estos últimos meses, es que los sentimientos y las percepciones son susceptibles de cambio. 

Oh, que si lo son...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Adjetivos Selectivos

Goldito ya cumplió tres años y su Golditolario ya es bastante extenso y simpático. Sin embargo, ahora tenemos el "problema" de que a veces escoge los adjetivos más inapropiados para dirigirse a la gente.

Tuvimos que retirar de nuestro propio vocabulario el adjetivo "loco" (que, dicho sea de paso, con un niño con tanta energía era usado frecuentemente) porque estaba empezando a usarlo para dirigirse hasta a sus maestras (¡Plop!).

Hoy, a la hora de dormir, estábamos jugando ese juego donde nos llamamos por diferentes nombres (él se vuelve "papá" o "To", por ejemplo), y de repente me dijo: "Hola, abuelita loca". Cambié mi expresión a una un poquito más seria y le dije:

- No debes llamar "loca" a la gente.
- ¿Sólo a Chepina?
- Sí, sólo ella está loca. Sólo a ella puedes decirle así.
- *Buscando a quién más dirigirse con su adjetivo favorito* ¿Quién más está loco?
- Mmmm... ¡Pues tú! (Lo siento, no pude resistirme)
- *Risa* ¿Y quién más?
- ¡Chepina, ya te dije! 
- ¡Noooo! ¡Yo quiero otra persona!

Ay, este chamaquito loco... A ver, ¿por qué no se le ocurrió copiarnos el "mi amor" con el que siempre nos dirigimos a él? Tal parece que a sus tres años, ya sabe por intuición lo que molesta a la gente. ¿A quién se parecerá?

martes, 5 de febrero de 2013

Un año...

(Publicado en el muro de Caprichos de Luna)

Tomé esta fotografía en octubre 2009. Estaba emocionada porque era mi primer pedido oficial de cupcakes y quise inmortalizar el momento:


Ya les había contado en este post que Caprichos de Luna prácticamente nació en septiembre 2009, en el festejo por el cumpleaños de Amaya, durante el cual ella me animó a volver mi hobbie un negocio. Un mes después, no solamente me estaba echando porras, se convirtió en una de mis primeras clientas. Como dije en mi post, no era de las personas que sólo aplauden. Se involucraba, realmente apoyaba con todo lo que estaba en sus manos.

Hoy, a un año de su partida, sigo extrañando sus consejos, sus tuits, sus ideas... todo lo que ella siempre aportó a Caprichos (y obvio, a mi vida en general). Extraño que se emocione por cada cliente nuevo, por cada oportunidad. Sé que estaría muy contenta de que estoy por alcanzar MIL "Me gusta" en FB y 500 seguidores en Twitter tan sólo por compartir mi trabajo. Después de todo, las redes sociales eran lo suyo.

Hoy quiero renovar la promesa de mantener vivo mi entusiasmo, el gusto por lo que hago, y la ilusión de llegar a ser tan grande como ella lo soñó conmigo.

Gracias cuñis, por estar desde el principio y para siempre.
Hoy comeremos cupcakes de zanahoria y de café en tu honor.


martes, 22 de enero de 2013

Goldito-lario (Tercera parte - 26 meses)

Dicen que desde que cumplí dos años, he estado hablando cada vez más. Ahora puedo mantener una conversación donde yo hablo en mono, bi y trisílabos y los demás fingen que me entienden todo. Ya digo muchas palabras completas, por ejemplo: "abuelo", "abuela", "pollo", "hola", "adiós", "avión", etc. Cuando papá sale de viaje y me habla por teléfono, ya contesto a lo que me pregunta, aunque la verdad no sé por qué se esfuerza tanto, si siempre tengo la misma respuesta. Por ejemplo:

¿Cómo te fue, hijo? Bieen.
¿Cómo te portaste en la escuela? Bieen.
¿Cómo comiste? Bieen.

También estoy en la etapa "perico", donde repito todo lo que escucho, o al menos, lo intento. Y aunque ya pronuncio bien muchas palabras, hay algunas que son de propias del Goldito-lario y como son de uso común, se las pongo aquí para que me entiendan cuando platiquemos:

Amónonos - Comando que sirve para que todos dejemos lo que estamos haciendo y nos subamos al coche de papá.

Ashas - Palabra que me han enseñado a decir cuando alguien me da algo.

Abó - Ver Goldito-lario (segunda parte).

¡Alol! - El ritmo que me gusta bailar. Se pide así, con signos de exclamación. A veces digo "¡Alon!"

Bagos - Los objetos y/o lugares lúdicos que me divierten más.

Blu - El color del cielo. También conocido como "ashul".

Chuchú - Es como un "brrr" pero va sobre un caminito especial.

Co -
Objeto que hojeo antes de dormir.

¡Do, tee! - Exclamación con la que me gusta sorprender a la gente antes de caerle encima.

E - Artículo universal. Se aplica como indefinido, posesivo, masculino o femenino, etc. Eje: e papá, e bebé, e piee, e Na, e pam.

Elo - Artefacto volador anteriormente conocido como "co".

Elal - Mi botana favorita, todavía no lo como con leche. Soy fan de los Cheerios, como mi mami.

Elou - El color del "shol".

Guin - El color del pasto (bien regado).

Ico (a) - Exclamación de gusto cuando disfruto algo que estoy comiendo, generalmente precedida de un "¡Mmmm!".

Ino - Alimento lácteo que a mí me parece un postre. Sólo como los de fresa.

Ita - Juego donde Papá, To y Paca nos aventamos unos encima de otros.

Led - El color de los tenis consentidos de mamá.

Omi - Actividad que disfruto mucho. Los adultos sólo pueden hacerla de noche, pero yo puedo "omi" en el día.

Pam - Alimento hecho básicamente de harina, azúcar y huevo que ¡me encanta!

Papash - Tubérculos fritos.

Shol - 1. Una "ta" que sólo puedes ver de día. 2. Título de una canción de Trepsi que dura menos de dos minutos y me gusta repetir, y repetir, y repetir...

Disonancia Cognoscitiva

Una tarde cualquiera después de la escuela, estábamos el goldito y yo jugando "ita" cuando de repente, fijó su atención en el buró de su papá. Un segundo después, tomó unas monedas que se encontró, mientras yo pegué un brinco para quitárselas enseguida.

Entonces empezó una "discusión"; donde yo le explicaba que no podía tomar las monedas (obvio mi mayor temor era que se las llevara a la boca), que no eran suyas, que no debe agarrar nada del buró de papá, y quién sabe cuántos razonamientos más, y él me alegaba en su lenguaje *silabario* algo que yo no entendía.

Al fin, dejó de luchar por las monedas y se alejó con dirección a su cuarto. "Gané", pensé yo. "Entendió que no debía agarrar objetos pequeños y que no son suyos."

Ajá.

Ya estaba yo caminando hacia su recámara, cuando veo que viene de regreso.

Con su alcancía.


Con una gran sonrisa, fue directo al buró de su papá, y empezó a meter las monedas, una por una, en su latita alcancía.

¿Y qué hice yo? Ayudarle, por supuesto.

Mientras, en mi cabeza, disonancia cognoscitiva en su apogeo: Sí, es importante que la obedezcan a una, pero es MÁS importante fomentar el hábito del ahorro.

A veces no se gana como uno quiere.

Goldito bautista

Cuando el goldito empezó a hablar, el esposo y yo éramos "To" (tío) y "Ta" (tía).

También somos sus padrinos de bautizo, evento que sucedió cuando él tenía nueve meses de edad. Poco después del acontecimiento, su abuela Linda se refirió a mí una única vez como "su nina". Si mal no recuerdo, comentó algo así como: "es que lo va a bañar su nina". Pero por equis o ye, en ese momento el apodo no pegó.

Un día, poco después de su segundo cumpleaños, se me ocurrió que era hora de enseñarle al goldito a decirme diferente. Recordé lo que había dicho Linda, y después de todo, el esposo le ha dicho a su tía/madrina "Nina" toda la vida (hasta el día de hoy, mis suegros se refieren a ella como "la nina"). Y me pareció un apodo adecuado y hasta cierto punto, meloso.

Entonces, saliendo de la escuela, mientras yo iba manejando y viéndolo de reojo por el retrovisor, tuvimos la siguiente conversación:
- Alex, te voy a decir cómo me llamo.
- (silencio dudoso)
- Yo me llamo NI-NA
- (cara de interrogación)
- ¿Puedes decir ni-na? NI-NA.

Y en eso, se prepara para decir algo... Yo me hincho de orgullo, esperando el apodo cariñoso que ansío escuchar. Sonríe y me dice:

- ¡PACA!

(Mega plop)

- No mi amor, me llamo NINA.
- ¡No! ¡PACA!
- ¡No! ¡NINA!
- ¡NO! ¡PACA!
- ¡NINA!
- ¡PACA!

(Respiro hondo, intentando otro acercamiento).

- No mi amor, a ver... Di "NI"
- Ni
- "NA"
- Na
- NI-NA
- ¡PACA!

Y así seguimos hasta llegar a su casa...

Quisiera decir que en ese momento me resigné, pero no.  De hecho, seguí peleando por "Nina" unos días más, hasta que vi que no tenía remedio. Debía acostumbrarme al apodo que él había elegido para mí.

Cuando en la escuela supieron que me decía Paca, les pareció muy gracioso. Me cuentan que hasta la directora se enteró, y en lo que ella creyó un acto de piedad, le dijo al goldito: "No, corazón, dile 'Paquita', pero 'Paca', no."

¿Peeerdóóón?

Soy Paca. ¡PACA!
¡Y a mucha honra, cómo no!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Goldito Fest (Dale, dale)

Como les decía en “Estamos pobrecitos”, las únicas fechas límite que mi hermano registra en su disco duro son las de su trabajo. Es por eso que, para evitar que se nos viniera el tiempo encima, la semana pasada casi casi lo arrastré al salón de fiestas para firmar el contrato del Goldito Fest, y después nos fuimos de excursión a las dulcerías donde (previo scouting de mi parte) ya sabía yo qué productos necesarios para la fiesta encontraríamos. En una de ellas, las invitaciones y los globos. En otra, los dulces. En la tercera, las piñatas.

Siguiendo el patrón del año pasado, donde Amaya hábilmente dirigió todos mis movimientos, escogí tres piñatas. Dos con el tema de la fiesta (“Cagg”), y una con el número de años que cumplirá el goldito. El año pasado mi cuñis escogió ésta:


Y ésta:


Recuerdo que incluso llegué a pensar cuando la compré que las calcomanías de Baby Mickey serían demasiado cursis para ella. Y cuando le dije que trataría de quitárselas, me dijo extrañada: “No, ¿pero por qué? Déjaselas, así está bien”. No cabe duda que la maternidad te hace ver las cosas de diferente manera. :) 

Y entonces, para este año, encontré el número 2 perfecto. Era color plateado, con la orilla roja. Combinaba perfecto con los colores de la fiesta. Sólo rogaba que no lo vendieran (o ninguna de las otras que escogí) antes de que las fuéramos a comprar.

Así que cuando llegamos a la tienda, le dije a mi hermano:
- Aquí vamos a encontrar dos piñatas, una es ésta de Cars y la otra es ésta (dije, señalando al techo) del número dos.
- Nel, del número dos, no.
- ¿Cómo de que no?.
- No. ¿Qué chiste tiene pegarle al número dos? Los números no son divertidos.
- Wey. (Insistí). Lo divertido de la piñata no es la figura. Es pegarle y recoger los dulces.
(Silencio)

Pues no hubo manera de convencerlo de llevarse el número dos.

Así que someto a consideración del jurado la siguiente pregunta:
¿Qué es lo realmente divertido de pegarle a la piñata? ¿La figura o los dulces?

Goldito Fest (El consentido)

Se acerca el cumpleaños del goldito, y esta vez se ha decidido hacerle lo que pensamos sería una pequeña fiesta. La mayoría de sus compañeritos de la escuela han festejado sus cumpleaños con un ratito de convivencia en su salón. Pero acá pensamos que si queremos estar todos con él, verlo pegarle a su piñata, jugar con sus compañeritos y comer sus cupcakes y pastel, es necesario festejar afuera. Y así se hará.

Le pedimos a sus maestras una lista de los compañeritos para no olvidar a ninguno. Y les dijimos que por supuesto, incluyeran los nombres de sus maestras. También serían invitadas. Nos devolvieron una lista con los nombres de los niños y nueve nombres en la columna de maestras.

Leyeron bien. Nueve maestras.

Mi hermano repasó la lista y vio los nombres. Estaban los nombres de su maestra, la maestra auxiliar y la de inglés (van tres). Las maestras del salón de junto (van cinco).  Las responsables del grado anterior (van siete). Y hasta abajo, dos nombres de los cuales mi hermano solamente reconoció el de Fulanita, una maestra auxiliar del grado anterior del goldito. “Pero a Fulanita no la hemos visto desde el verano”, dijo para sus adentros.

“Oiga”, dijo mi hermano, “¿a poco Fulanita sigue aquí? ¡Ya no la he visto!”.
“Ah no”, le explicaron, “ella ya se cambió al plantel EQUIS. Pero quiere mucho a Alex y le dará mucho gusto que la invite”.

Es la carga de ser tan carismático…

P.D. Por supuesto que todas las maestras serán invitadas con mucho gusto :)

Estamos pobrecitos

Estaba saliendo de mi lugar de trabajo para ir a casa del goldito a cuidarlo, cuando recibí una llamada de su papá, para informarme que les acababan de cortar la luz. “Maldición”, pensé, “tengo solamente dos rayitas de pila en el celular”. De haber sabido que me iba a encontrar con eso, hubiera cargado el teléfono antes de salir de Caprichos. La comunicación oportuna no es uno de los puntos fuertes de mi hermano. Tampoco estar pendiente de las fechas límite para pagar sus recibos a tiempo. “Lo acabo de pagar ahorita, pero es probable que vengan a conectarla hasta mañana”. "Ni modo", pensé. Y seguí mi camino hacia su casa.

Cuando llegué, lo primero que escuché fue el llanto del goldito. Estaba haciendo berrinche porque no podía ver su película de “Cagg”. Cuando finalmente se calmó y empezamos a jugar haciendo figuras con la luz de la linterna proyectada en la pared, volvió a insistir en su película.
“No podemos verla porque no hay luz”, le dijo su papá.“Estamos pobrecitos”.

***
El goldito ya se bañó y ya está a punto de quedarse dormido.
Y mientras escucho la música de su móvil (que funciona con pilas), el viento del norte se escucha allá afuera;  y aunque las casas alrededor tienen las luces encendidas, yo veo todo como si fuera la boca del lobo, y no puedo evitar recordar mi infancia en Coatza.

Eran los setentas, y en la temporada de norte era súper común que nos quedáramos sin luz. No tenía nada que ver si “estábamos pobrecitos”. La luz se iba en toda la colonia. No sé si las instalaciones eléctricas de antes eran deficientes, o solamente las de la colonia (era un asentamiento relativamente nuevo cuando yo nací), pero casi siempre con la entrada de los nortes llegaba la época de los apagones. Y entonces me sentía como ahorita.

En casa teníamos un quinqué. Y no sé por qué, pero me encantaba contemplar el proceso de encenderlo. No me importaba el aroma del combustible. Me gustaba ver cómo había que darle vuelta a la mecha lo suficiente para que asomara la punta, y ver cómo le acercaban un cerillo hasta que finalmente encendía. Y después, irle danto vuelta a la mecha hacia arriba para que no se apagara, o hacia abajo para hacerlo. Después de usar velas, el quinqué me parecía  la cosa más sofisticada del mundo. Así, hasta que los apagones dejaron de ser algo común.



Dirán que estoy loca, pero el día que vi un quinqué en un catálogo de productos de venta directa (hace como un año), no dudé en comprar uno. Sigue en su caja.

Sé que son peligrosos, y quizás decida conservarlo sólo como adorno. Pero no creo que vaya a deshacerme de él. Aunque esté guardado, me gusta saber que está ahí, y recordar que lo tengo cada vez que se va la luz en un día “norteado”.

Es increíble como a veces un descuido te puede regalar un recuerdo nostálgico. Y el tiempo para escribirlo.
Aunque francamente, a esta hora, preferiría estar viendo el capítulo de estreno de “The Big Bang Theory”. Estoy pobrecita.

jueves, 9 de agosto de 2012

Goldito-lario (Segunda parte - 20 meses)

Abó - Exclamación que utilizo para indicar que ya me pueden levantar el plato o el vaso, "vor".

Ayó - 1. Indicación de que mis lacayos tienen que recoger algo del suelo. 2. Expresión de despedida.

Ca - 1. Lugar donde vivo. 2. Lugar donde aprendo jugando con Trepsi y el método Macarsi.

Cagg - Término utilizado para describir mi película favorita, así como cualquier objeto que contenga su imagen.

Co - 1. Artefacto volador con una hélice superior que le permite moverse a poca distancia de la playa en vacaciones, asustando a unos cuantos turistas. 2. Objeto que hojeo antes de dormir.



Eche - Líquido que dan las "baba" de verdad.

Gol - 1. Objeto redondo que rebota. 2. El juego que se juega con él. 3. Exclamación cuando lo pateo.

Guaguá - Todos los parientes de "Nnna".

Mo - Criatura de color rojo que me está enseñando a hacer "po" en el baño.

Nnna - The "guaguá" formerly known as "Pepa".

Oyó - Personaje que tiene un "guaguá" llamado Lula y juega con un elefante rosa. (No, no toma alcohol).

Pe - Animal que vive en el "abua".



Po - Indicación para quienes me rodean de que más les conviene revisar mi pañal. A veces la uso indiscriminadamente, para que sientan que viven en el cuento de "Pedro y el Lobo".

Pom - Personaje de caricatura que vive en el agua y anda de arriba abajo con una "ta" llamada Patricio.

Pon - Objeto de goma que antes me era indispensable para dormir, pero ahora sólo me dan cuando tengo "pesadillitas".

Pupúú - Medio de transporte que corre sobre un caminito de plástico.

Ta - 1. Cuerpo celeste que brilla, brilla y me pregunto dónde está. 2. La hermana de papá.

To - El esposo de "ta".

Vor - Palabra mágica que tengo que decir cuando pido algo.

miércoles, 18 de julio de 2012

Twinkle, Twinkle...

En los últimos días, el goldito no puede verme sentada en la computadora porque enseguida pide sentarse a ver videos en Youtube. Dando al traste con lo que sea que yo quería hacer.

Esto de ponerle videos en la compu empezó desde que estaba muy bebito (poco menos de un año), y recuerdo que (para beneplácito de Amaya y renuencia de Alex) los primeros videos que vimos juntos fueron algunos con canciones de Cri Cri. Sus consentidos son: 

El Ratón Vaquero. Canción que me hizo casi llorar de emoción cuando él solito se movió las orejas al mismo tiempo que el ratón del video movía las suyas. Después aprendió a dar los "balazos" y -estigma de violencia aparte- también me emocioné.
La Marcha de las Vocales. En sus inicios, aprendió a cantar el "aaah ahh aaah" del final de la canción. Ahora ya hace también los ruidos del tambor golpeando la mesa y sobre todo, ya canta las vocales.
Caminito de la Escuela. Esta fue la última que se aprendió, pero hoy en día ya puedo decir que la canta con gusto y que hace los ruiditos con la lengua que imitan el "cloc cloc" de las patas de un caballo. (Si es que eso son los ruiditos, señor Cri Cri. Al menos eso entiendo yo, ¡ja!).  

Ninguno es de un canal oficial, y sin embargo son los que más nos gustaron. También encontré algunas canciones del Festival Juguemos a Cantar y esas le encantaron a Amaya. Especialmente la canción de "Fiesta en mi pueblo". Por alguna razón, era de sus consentidas. (Yo sospecho del verso "y agüita de coco, que está muy buena")

En ese entonces, claro, la exposición a los videos se daba cuando YO quería. Ahora este señorito quiere ver videos todo el tiempo. Ya está aprendiendo a cantar en esa forma tan chistosa que tienen los bebés de balbucear al ritmo de la canción y hacer énfasis en la última sílaba del verso.

Hace poco empecé a ponerle canciones en inglés, y ya tiene su favorita. El fin de semana, mi mamá me contó intrigada: "lo estaba durmiendo y le canté la canción de Twinkle twinkle, pero no sé por qué me decía *adiós* hablando y con su manita". Tuve que ponerle el video para que entendiera:



Me conmueve TANTO que me la pida. Aparte de que el video está hermosísimo, me encanta que cuando quiere verlo, se señala la frente. ¿Saben por qué?

Sí, porque en su casa se le anima a hablar con señas, pero también porque para este goldito, la frente es el lugar natural de una estrella. ¡Se las ha ganado, cómo no! :)

domingo, 29 de abril de 2012

Goldito-lario

Abua - Componente más abundante de la superficie terrestre. A mí me gusta de sabor jamaica. Y de preferencia, servida en mi vaso de "brrr".

Acú - Fruto oval rico en almidón de la planta propia de terrenos muy húmedos. Los chinos de los cuentos de Pepito lo conocen como "aloz". Me encanta comerlo con las manos, aunque ya estoy aprendiendo a usar cubiertos.

Baba - Hembra del toro hecha de peluche. Normalmente da leche. A mí me da dulces sueños.

Dodo - Personaje de caricatura que tiene una mochila-mochila y un changuito que se llama Botas.

Tatita - Embutido delicioso con limón y sal. Justo como lo comía mi mami.

Pepa - Ella:


viernes, 20 de abril de 2012

*Brrrr*

Ha pasado algún tiempo desde mi última entrada. Era difícil sentarme a seguir escribiendo... Digo, como que todas las trivialidades de las que hablaba antes, ahora pierden importancia cuando las pongo junto a mis tres últimos posts. Sin embargo, hace días decidí que quiero regresar contándoles algo del Goldito de Puelto Lico. (Unos cuantos posts felices y tal vez ya tenga ánimos para regresar permanentemente).

Cada vez que el goldito hace algo nuevo o aprende otra palabra, me dan ganas de compartirlo con todo el mundo.

Y casi siempre lo hago.
En twitter.

Pero los *tuits* son efímeros, así que ya he decidido llevar un "NotiGoldito" por este medio. Con ciertos temas en particular. El que les quiero compartir ahora es el de su obsesión por los *brrrr*.

O sea, los coches.

Creo que todo empezó cuando llegó su primito Karym de visita.


Esos carritos que ven en la foto son propiedad de Karym, pero cuando el goldito los vio, les puso las manitas encima se puso a jugar con su primito y ambos estuvieron pasando el rato muy contentos.

Curiosamente, un par de semanas después, el goldito recibió su primer juego de esos mismos carritos. Se los regaló su tía Goretti (amiga de Amaya). Fue una mera coincidencia, porque ella nos dijo que simplemente los vio y le gustaron para el goldito porque son de bordes redondeados, especiales para manitas pequeñas. Quince días después, un amigo de su papá (el compadre Téllez) le regaló otros carritos de la misma colección (diferentes modelos) y nos dijo que los había escogido por la misma razón... parecen hechos especialmente para bebés.

Después, yo compré una caja de cereal para regalarle al goldito este camioncito:


En otra ocasión, el goldito llevó a su papá a Imaginarium...


Y entonces pudo añadir una moto, un avión y un helicóptero:


Este carro no tengo idea de dónde salió:


En un viaje a Coatza, sus abuelos aumentaron la flotilla con más aviones y helicópteros hechos a mano especialmente para él:


(¿A poco no están divinos?)

Total, que entre regalitos aquí y allá, el goldito ya tiene una flotilla de medios de transporte bastante considerable:


(Faltan en la foto algunos coches con ojitos, pero se quedaron en la sucursal de Coatza)

Tratamos de enseñarle la palabra coche, pero no sé si porque siempre le decíamos "rrruuunnn" a la hora de jugar con ellos, o bien, porque alguien en la escuela se lo enseñó, el caso es que ahora todo lo que tiene llantas es un "brrrrr". Su papá, notando su gusto por los vehículos, le regaló las películas de Cars. Y le en-can-ta verlas, especialmente las partes donde hay carreras.

Cuando quiere ver la película, señala hacia la tele y hace: "brrrr".

Cuando quiere tomar agua en su vaso favorito (de Cars), dice "abua", señala y hace: "brrr".

Cuando le damos de comer con sus cubiertos rojos (obvio, de Cars), señala el mango y hace: "brrr".

Cuando lo llevamos a la escuela, lo sentamos en su silla, señala a la ventana (donde hay un parasol de Cars) y hace: "brrr".

Etcétera, etcétera...

No sabemos cuánto le dure el gusto por los carritos. Pero si llega hasta noviembre, yo ya estoy preparada:


¡Ku-Chau! :)

miércoles, 15 de febrero de 2012

The wind beneath my wings

Sí, ya sé.
El título de esta entrada es demasiado cursi, y (seamos realistas) la canción es algo aburrida.

Pero la verdad, no encontré otra forma de describir mejor lo que les voy a contar. Una historia que muchos ya conocen, pero que me gustaría dejar plasmada en este lugar.

A finales de 2008 andaba yo en un mall de Houston y probé el primer cupcake de mi vida. Siendo fan de Sex & the city, sabía que los cupcakes eran algo serio, pero no había tenido oportunidad de probar alguno. No me pregunten de qué pastelería era. No lo recuerdo. Yo estaba tan emocionada porque al fin los iba a probar, que hasta le tomé una foto antes de morderlo (aquí el esposo diría "eso no es raro, tú le tomas foto a todo") . Estaba delicioso. El frosting era un buttercream de chocolate amargo que me encantó.


Regresando a Veracruz, por más que busqué, debo decir que no encontré por ningún lado un cupcake que le hiciera justicia. Lo más parecido eran simples "mantecadas" cubiertas de betún, pasteles de caja con betunes de bote, o en el mejor de los casos, panecillos tipo cupcake pero casi siempre coronados con crema chantilly artificial.

Entonces pensé: "si no encuentro lo que me gusta, ¿por qué no hacerlo yo misma?". Siempre me ha gustado la repostería y la verdad, se me da. Aunque no lo hice inmediatamente.

Casi un año después, en septiembre 2009, se acercaba el cumpleaños de Amaya y pensé que esa sería la oportunidad perfecta para hacer unos cupcakes. Pero como muchos de ustedes saben, a Amaya no le gustaba el chocolate. Entonces busqué entre mis recetas una alternativa y se me prendió el foco: ¡cupcakes de zanahoria y de fresa!. Hasta investigué cómo armar una base para ponerlos y toda la cosa. Este fue el resultado:


¿Qué les digo? Fueron un éxito to-tal.


Yo los había hecho con la única intención de agasajar a mi cuñis y de repente, todo mundo le preguntaba "¿dónde los compraste?". Y Amaya me señalaba a mí.

Entonces, empezó todo.
- Myra, deberías venderlos.
- Ay, no cómo crees
- Es que están deliciosos, me cae que deberías venderlos.
- (Silencio dudoso)
- Todas me están preguntando que dónde los compré. En serio, son un éxito.

Por cierto, una de las asistentes esa noche es ahora una clienta frecuente:


Nos la estábamos pasando tan chido que la verdad, no me importa que esta foto esté borrosa.


(Paréntesis: esa noche, Amaya nos presumió su playera de Livestrong).


Total que, como resultado del éxito de los cupcakes, Amaya me empezó a meter en la cabeza la idea de volverlo negocio. Yo terminé por aceptar y me esperé a tener unos cuantos sabores más en existencia para entonces ahora sí, echar mano de sus recién adquiridas habilidades como diseñadora para solicitarle la creación del logotipo de nuestro proyecto. Y el resultado me encantó:


Al principio lo mantuve como una actividad adicional a mi trabajo regular. Sin embargo, el tiempo y las porras de Amaya (y haciendo honor a la verdad, también de mi hermano y de @Naquita8) me llevaron en 2011 a dedicarle el 100% de mi tiempo a este proyecto

Con su ayuda abrí la cuenta de twitter @CaprichosDeLuna y además, como la experta community manager que era, me ayudaba a programar algunos tuits promocionales. Además, fue mi más entusiasta promotora, tanto en su blog como en su cuenta de twitter personal.

No era para menos, a ella le encantaban. ¿Su sabor favorito? El de zanahoria. Sobre todo el frosting de queso crema. Llegó a decirme que si pudiera, se comería un litro de ese frosting. Aunque a principios de este año nació el cupcake de café y dice asegura Alex que lo desbancó. Yo podría decir que los dos.

El negocio ha ido creciendo poco a poco pero constantemente, gracias principalmente al hecho de que me propuse desde un principio usar solamente ingredientes naturales y hacer todo "from scratch", como dicen ("desde cero"). Jamás he usado (ni usaré) esencias ni saborizantes artificiales. Ni siquiera la vainilla. La que uso es auténtica vainilla de Papantla. Tampoco me verán comprando betunes de cubeta ni harinas preparadas. Todo lo hago artesanalmente. 

Caprichos de Luna le debe tanto a mi cuñis, que por eso no puedo mas que ser cursi cuando se trata de agradecer ese impulso que siempre me brindó.

Amaya no era de las personas que solamente te echan porras desde la tribuna.
Amaya siempre se ponía la camiseta y corría junto a ti. Tu lucha era su lucha.



Y aunque el mes pasado nos tomamos un breve receso para atender las necesidades que se iban presentando, es hora de retomar el vuelo.

Cuñis: Gracias por ser el viento debajo de mis alas. Lo digo y lo sostengo: por ti nació, por ti seguirá.


miércoles, 8 de febrero de 2012

Un calorcito en el corazón

Nunca había tenido tantas ganas de compartir algo.

Y creo que jamás me habían faltado palabras para hacerlo. En estos momentos no sé ni cómo empezar, porque sólo de acordarme la emoción me embarga.

Y lo que sucedió tiene que ver con mi post anterior. (Si no lo han leído, vayan, aquí los espero).

¿Ya?
¿Recuerdan que por ahí mencioné una cruz que Jorge C. le regaló a Amaya?

Cuando se la dio, Jorge le dijo (y de nuevo, estoy parafraseando):
- Amaya, te voy a poner esta cruz cerca de tu corazón. Quiero que cierres los ojos y te concentres, y deposites todo tu amor en ella. Esta cruz será para tu hijo.

Alex cuenta que Amaya cerró los ojos y realmente hizo lo que Jorge le pidió. En verdad se imaginó depositando todo su amor en ella, pensando con fe que unos cuantos años más tarde (cuando tuviera edad para entenderlo), su hijo podría llevarla también cerca de su corazón.


Esa pequeña cruz de metal era un dije que estuvo cerca de Amaya a partir de ese momento y hasta el final. Y con *hasta el final* quiero decir: realmente hasta el final. Quienes nos acercamos a verla en la funeraria pudimos ver la pequeña cruz plateada colgando de su cuello en una cadenita brillante.

Alex habló con el personal de la funeraria y les dijo que antes de llevarse a Amaya para su cremación, era muy importante que le devolvieran esa cruz. El fulanito que lo atendió le aseguró que así sería, que se la entregaría en una bolsita. "¿Seguro?" preguntó mi hermano. "Seguro", respondió el fulanito.

El momento en que se llevaron el cuerpo de Amaya fue muy emotivo para todos. Amaya... nuestra "criticona incorregible" a quien no le gusta el chocolate, nuestra luchadora de las causas justas, nuestra viajera incansable, nuestro diccionario y corrector de estilo, nuestra impulsora de sueños... esa mujer, tan amada y admirada por tanta gente se fue entre aplausos de todos los que estábamos ahí. Recuerdo que nos "quebramos" y nos abrazamos muy fuerte.

Un minuto después, a un tío de Amaya se le ocurrió preguntarle a Alex: "¿Les dijiste de la cruz?". "Sí", dijo mi hermano "le recalqué al fulanito lo importante que era y me aseguró que me la iba a devolver". Prudente, su tío dijo: "De todas formas, voy a asegurarme de que así sea".

Seguro adivinaron lo que viene.

El tío regresó decepcionado.

El fulanito había olvidado su compromiso, y la cruz estaba en Amaya mientras estaba siendo cremada. El intento de su tío por parar el horno fue en vano. No se lo permitieron. El fulanito dijo que estaba "muy apenado" pero que no lo podía hacer.

Todos lamentamos esa pérdida. La verdad, para quienes sabíamos de la existencia de esa cruz, fue un momento muy triste. Yo hasta me quejé amargamente con el empleado que estaba atendiendo la cafetería. Él se lamentó por lo ocurrido, y disculpó a la empresa por no parar el horno. Culpó directamente al fulanito, porque él fue quien debió haberle dicho al operador del horno que debía quitarle esa cruz a mi cuñada. El papá de Amaya prometió hacer una cruz de madera para su nieto, como sustitución de la que se perdió en el horno por culpa del tonto olvidadizo fulanito.

Algunos amigos y familiares de Amaya nos quedamos en la sala de velación esperando las cenizas, ya que nos habían dicho que tardarían algunas horas.

Y así fue.

Cuatro horas más tarde, apareció el fulanito en la puerta de la sala y le hizo señas a mi hermano. Éste se levantó rápidamente del sillón en el que estaba y se acercó, esperando recibir las cenizas de su esposa. Pero el fulanito no las traía.

En cambio, le entregó una pequeña cruz, algo ennegrecida.

Sí. Esa cruz.

El fulanito le dijo a mi hermano que estaba tan apenado por lo sucedido, que cuando se apagó el horno se le ocurrió revisar entre los restos, y ahí apareció la cruz. No había rastro de la cadenita. No había rastro de la prótesis de fémur (metálica, por cierto) de mi cuñis.

Ahí, entre sus cenizas, sólo estaba la cruz.

"Está un poco oscura, se la puedo limpiar con Brasso", dijo el fulanito.

"¿Estás loco? ¡Ni madres!" pensó mi hermano, pero no lo dijo. Le contestó: "No es necesario, dámela así como está".

Y entre lágrimas, fue a contarle a la familia lo sucedido.

Los amigos que ahí estaban todavía, ya entrada la madrugada, esperando que recibiéramos las cenizas de Amaya, escucharon la historia y claramente vi cómo todas esas caras de dolor y cansancio se fueron transformando en sonrisas, y las lágrimas ahora eran cristalinas: de alegría.

Cuando al final nos despedimos, puedo asegurar que muchos llevábamos una sonrisa en el rostro. Una sonrisa @PorAmaya. Un calorcito en el corazón.

Cuñis: cuando nos despedimos te dije que iba a estar atenta a tus señales.

Jamás imaginé que serían tan contundentes.

Con pase de entrada

No tengo que explicar quién es Amaya. Ni tengo que explicar sus creencias, porque quienes la conocimos (en persona, o a través de su blog) sabíamos perfectamente de la existencia de este post que como ella bien predijo en el primer párrafo, dejó a muchos con la boca abierta, sintiéndose ofendidos o peor aún: pensando que no se merecía el cielo.

Quienes la queremos de verdad jamás nos atrevimos a cuestionarle nada. No era cosa de venir a imponerle nuestras creencias sólo porque somos familia, ni mucho menos aprovecharnos de la situación que estaba pasando para decirle que era el momento oportuno de acercarse a Dios. Jamás lo hicimos.

Oramos por ella, sí.

Pero siempre, siempre la respetamos. Nuestra postura bien puede verse reflejada en este post publicado por un amigo suyo.

Sin embargo, hay algo que debo compartir.

Que quede claro que no lo hago por esas personas que quisieron imponer su punto de vista sobre mi cuñis. No. Lo hago por todos quienes la quieren y conocen desde hace tiempo, o quienes aprendieron a quererla aunque fuera solamente a la distancia, a través de su blog o de sus tuits.

En estos últimos días Amaya recibió (entre tantas y tantas amistades y familiares que vinieron a verla) una visita especial. Claudia S. y su esposo Jorge C. vinieron desde Coatzacoalcos para platicar con ella. Ambos son amigos de la familia de Amaya, siempre estuvieron al pendiente del movimiento @PorAmaya y apoyando en lo que fuera necesario (su casa fue sede de varias actividades relacionadas). Alex tiene un cariño especial por Jorge C. por una relación de hace tiempo y tanto él como Claudia son personas muy espirituales.

Después de esperar por horas, Jorge C. pudo entrar a platicar con Amaya. No voy a entrar en detalles de lo que hablaron (tampoco los tengo todos), pero a grandes rasgos les puedo decir que entre Amaya y Alex hubo un momento especial y necesario. También entre Amaya y su mamá.

¿Qué hizo Jorge C.? ¿Qué dijo Jorge C.? No lo sé. Pero ese día, Amaya comulgó. Y no es que no lo hubiera hecho antes. Pero ese día, comulgó con el corazón.



Esta foto es del día de la Carrera Por Amaya en Coatzacoalcos (08 de mayo 2011). La primera de izquierda a derecha es Claudia S. La última en el extremo derecho es @lunaquisan, quien encabezó los esfuerzos para la organización de la carrera. Fue un día muy feliz para Amaya.

Apenas un par de horas después de la partida de Amaya, le avisé a @lunaquisan lo sucedido (aunque seguramente no tardaría en preguntarme por su "lokis" como ella la llamaba. Diario estaba al pendiente). Y entonces tuvo lugar la primera señal especial. La siguiente fue (palabras más, palabras menos) nuestra conversación:

Lunita: - Acabo de soñar con ella. Fui a verla a Mérida, por lo de su enfermedad. Pero al llegar, ella estaba bien, nadando y caminando como si nada. Fue raro. Nos reíamos mucho. Y nos andábamos escondiendo de los doctores, ella no quería nada con ellos. Pero ¡estaba bien! No parecía enferma.
Yo: - Qué padre que soñaste con ella así, dicen que cuando nos visitan, la imagen de ellos es como mejor se ven.
L: - ¿Sabes? Todavía le pregunté qué medicamento le tocaba tomar, y me dijo: "mi morfina". Pero sacó una bolita verde masticable y me dijo "ya me la tomé, eso era todo". Andaba vestida con un short blanco, creo que tenis, no recuerdo.
Y: - ¿Sus tenis rojos, quizá?
L: - Nos delineamos los ojos. Se estaba arreglando.
Y: - ¡Se fue a despedir de ti!
L: - Si Myra, se estaba arreglando. Después de esto, no me queda duda de que vino a despedirse de mí.
(Pausa)
L: -Oye, traía una bolsita con dinero, sus medicamentos y las fotos de su familia. Te digo porque abrí la bolsita.
Y: - ¿En serio? :o
L: - Sip, en serio. Eran fotos chiquitas. Y había una "madre" de madera con el nombre de Jorge C.
Y: - ¡¿Qué quéééé?!
L: - Como representante único de Amaya. Pero no sé de qué.
Y: - ¿Jorge C. el esposo de Claudia?
L: - Sí, él. Me llamó la atención. Es como si fuera un certificado de madera y ella lo traía.
(Pausa. Recojan sus mandíbulas del suelo. Yo aún no levanto la mía)
Y: - Adri, Jorge estuvo aquí con ella hace dos semanas. Comulgó. Y Jorge le dejó una cruz cerca de su corazón. Con la ayuda de Jorge C., Amaya se acercó a Dios.
L: - Ay Myra... Pues vino a despedirse, ya no me queda duda de eso. Y trae muy presente a Jorge... Vi esa cosa de madera y decía: "Jorge C., representante único" pero no sé de qué.

Terminando mi conversación con @lunaquisan, le marqué a Claudia y ella nos resolvió la duda: como representante único de su comunión con Jesús.