Fátima se ha robado nuestro corazón.
La beba asistió a nuestra boda con tan sólo 22 días de nacida, pero no pudimos conocerla porque para protegerla del ruido, los compadres la tuvieron todo el tiempo debajo de la mesa (¡!). Yo la conocí a los dos meses de edad, pero ese día se la pasó dormida. Ahora que finalmente la conocimos con los ojitos abiertos, en su bautizo, nos cautivó. Es una verdadera chulada.
El esposo nunca había cargado a un bebé por tanto tiempo, de verdad quedó hipnotizado. Se durmió en sus brazos -claro, después de un buen rato de arrullarla- y el esposo y yo: "aaaaahhh" y la comadre: "yupiiiiiiii". Pero poco nos duró el gusto porque en cuanto la pusieron en su carreola, despertó.
Definitivamente, si algo saben hacer los compadres, es hijos... ¡les quedan chulos re-bonitos!
martes, 3 de junio de 2008
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