Aunque debo decir que también fueron extremandamente profesionales, incluso trabajando en condiciones no tan cómodas. Por ejemplo, la camioneta de la oficina se volvió camerino:
En Tlacotalpan, las protecciones de la Nevería El Buen Gusto se volvieron un improvisado clóset; mientras que en las dunas de Chachalacas, los vestidos más vaporosos reposaban en un plástico sobre la arena y Cassandra era maquillada bajo una sombrilla.
Unas imágenes detrás de la cámara de Olga Laris. A la izquierda, una mecedora en Tlacotalpan. A la derecha, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción en Veracruz.
La parte más divertida de todo el viaje fue la excursión a las Dunas de Chachalacas. Armados con una hielera incluyendo las provisiones necesarias para evitar la deshidratación, llegamos hasta la playa y luego sobre unas motos nos adentramos varios metros para quedar rodeados por el desierto. Por cierto, gracias a Jorge Vidal y su esposa, del hotel La Pingüi por todo su apoyo. Pueden darse una idea de la ubicación de nuestro oasis en el video que subí aquí. Ahí estuvimos cinco largas horas bajo el sol.
¿Recuerdan ese comercial donde van dos chicas corriendo, y la que está tomando Bonafont "camina sobre el agua"? Aquí tenemos el mismo efecto pero sobre la arena. Comparen las huellas que dejó la modelo y las del resto del equipo editorial:
Lo que hay que hacer para obtener el mejor punto de vista:
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