En el mercado Juárez encontramos a la venta los deliciosos moles. No sabía que hubiera tantos: negro, amarillo, verde, coloradito, chichilo, etc. Y todos los probé gracias a un restaurante cuyo nombre jamás olvidaremos todos los que fuimos: ¡Los Pacos!.
Los signos de admiración no son parte del nombre, pero yo se los agregué desde que supe que puedes pedir una prueba de todos los moles para decidir cuál comer, y me la pasé gritando ¡Los Pacos! en cada oportunidad, para poder ir a deleitarme con todos ellos. En este puestecito del mercado compré mole negro y verde:
Una visita a un puesto de aguas típicas:
No podían faltar las enchiladas de mole negro con tasajo y quesillo:
Ahí mismo, en ¡Los Pacos!, el esposo disfrutó de un filete al mezcal que todavía lo hace salivar cuando se acuerda:
Sobra decir que regresamos con las maletas llenas de tlayudas, mezcal, moles, chocolate, y hasta chapulines al mojo de ajo, enchilados y al chile limón. Todavía tengo encima las huellas de la tragazón...
2 comentarios:
La neta la gastronomía es lo mio, sobre todo la mala gastronomía (se nota! jaja) y digo mala de excesos y mal pasadas no mala de calidad.
Por supuesto la Mexicana es una de mis cocinas favoritas, probablemente solo debajo de la italiana...y tengo mis dudas; pero la cosa es que sí, hay regiones que se distinguen por esa sublime variedad y calidad de manjares...Oaxaca es una de ellas.
Todo lo que mencionas merece premios al sabor! ojalá pueda chingarme unos platazos así en un futuro no tan lejano.
Siempre he dicho que pocos estados tienen una gastronomía que les permita a sus nativos poner un restaurante basado únicamente en dicha cocina: Veracruz, Yucatán, Puebla, tal vez Chiapas y por supuesto Oaxaca.
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